El trasplante de hígado es un procedimiento quirúrgico para reemplazar el órgano que ya no funciona adecuadamente (insuficiencia hepática) por un hígado saludable proveniente de un donante (9).
¿Quiénes están en riesgo de necesitar un trasplante hepático?
Cuando el hígado se daña, pierde su capacidad de realizar sus funciones normales llevando a la insuficiencia hepática. Esto se puede dar de manera repentina (insuficiencia hepática aguda o fulminante) o de forma progresiva (insuficiencia hepática crónica).
La insuficiencia hepática crónica puede estar causada por diferentes enfermedades, La causa más frecuente es la cirrosis.
La cirrosis hepática es la causa más frecuente de trasplante hepático en adultos (9) (10). Esta se produce cuando el tejido hepático normal es reemplazado por tejido cicatricial, afectando la función normal del órgano. Generalmente se da en situaciones de abuso crónico de alcohol.
Una amplia variedad de enfermedades puede dañar el hígado y provocar la cirrosis.
Otras causas de ka cirrosis son la hepatitis B y C, esteatosis no alcohólica (hígado graso), enfermedades genéticas que afectan al hígado (hemocromatosis y enfermedad de Wilson por ejemplo) y enfermedades que afectan los conductos biliares (cirrosis biliar primaria, colangitis esclerosante primaria y atresia biliar).
Luego de la cirugía, es importante incorporar hábitos saludables para prevenir dañar al órgano trasplantado. Hacer ejercicio de manera regular y llevar una dieta sana son esenciales para evitar un rechazo (9).
Una vez trasplantado/a, la persona va a requerir un control estricto durante el primer año. Debe tener en cuenta que la mayoría de los medicamentos se metabolizan en el hígado, es importante mencionar al médico antes de tomar un medicamento nuevo (9) (10).
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