Cuando se da una reducción importante de la capacidad visual, sea cual sea la causa, puede repercutir también en el estado psicológico del paciente y de sus familiares, y presentar dificultades o limitaciones en las diversas actividades de nuestra vida
Cuando el impacto va más allá de una pérdida de visión
Para hablar sobre cómo la Degeneración Macular Relacionada con la Edad (DMRE) nos puede afectar psicológicamente, debemos saber que la variabilidad de reacciones emocionales es muy grande entre las personas afectadas y dependerá de factores como la propia personalidad del paciente, su entorno familiar y social, la progresión de la pérdida de la visión o la coincidencia o no con otras patologías, tanto físicas como psicológicas.
La baja visión que con el tiempo ocasiona la DMRE es una situación altamente estresante para cualquier individuo. No sólo hablamos de la enfermedad visual y sus síntomas sino también de las repercusiones en los diversos ámbitos personales: laboral, familiar, social, economía, autonomía, ocio, relaciones interpersonales.
Un componente importante es la cronicidad. La DMRE es una enfermedad crónica, con la que conviviremos siempre, lo que puede suponer un estresor prolongado en el tiempo que provoque que nos sintamos desbordados o sin control de nuestra enfermedad.

Esta serie de cambios requieren una actitud y comportamiento adaptativo por nuestra parte para afrontar diversas situaciones de la vida diaria en las que de repente encontramos grandes dificultades por la baja visión como por ejemplo adaptar tu casa.
Si bien la pérdida visual con DMRE suele ser paulatina y permite una cierta acomodación psicológica, cuando se dan crisis con evidentes pérdidas, suelen acompañar también crisis emocionales.

Las respuestas emocionales intensas a la baja visión como: la negación, el rechazo, la evitación, la tristeza, los estados depresivos, la inquietud, el miedo, la rabia, la ira, la ansiedad, la inactividad o la inhibición social son respuestas frecuentes.
La psicología describe al ser humano como una especie de gran capacidad adaptativa. Esto nos permite convertir nuestros pensamientos, emociones y conducta de un estado negativo o poco adaptativo a uno que nos permita afrontar situaciones estresantes que nos suceden en la vida, como es el caso de sufrir una enfermedad como la DMRE. No obstante, en algunos casos este proceso se hace más difícil y prolongado, requiriendo la ayuda externa de profesionales.
Si el malestar emocional asociado a la pérdida visual persiste más allá de un tiempo determinado (6-12 meses), pueden cronificarse algunas de estas respuestas psicológicas, conformándose lo que la psiquiatría y la psicología clínica denominan como “trastorno adaptativo de la conducta”. La persona en esta situación presenta síntomas con una intensidad significativa como tristeza, llanto, preocupación, miedo, trastornos del sueño, falta de apetito, aislamiento social, ansiedad, etc.
Si no actuamos ante esta situación, puede evolucionar
en una depresión mayor o un trastorno generalizado
de ansiedad, de ahí la importancia de actuar a tiempo.
Referencia:
- Articulo Cómo la DMAE puede afectar a tus emociones del sitio Mucho por ver -
https://www.muchoporver.com/como-la-DMAE-puede-afectar-a-tus-emociones